Escritora, autora de cuatro novelas publicadas cuyos títulos son: LA GUINDA DEL PASTEL, UN FIN DE..., e HILOS DE MARIONETA, y VALENTINA COMPRA UN SUEÑO. Poetisa liberada.
domingo, 7 de diciembre de 2014
LAS COSAS DE RACHEL por Fátima Ricón Silva, SI ME DUELEN LOS OVARIOS, ¡ALÉJATE!
SI ME DUELEN LOS OVARIOS, ¡ALÉJATE!
Para dejar descansar a mi madre, he hecho un esfuerzo y he dormitado a su lado hasta que la he escuchado levantarse sigilosamente.
Me estoy muriendo de ganas de ir al baño a orinar, de ganas de beber un litro de agua fría, de ganas de tomar una ducha, (aunque sea sin maromo), y de ganas de tomar un analgésico, porque me duelen los ovarios a moriiirrrr y la cabeza.
Me toca la regla y mis reglas son como si mis óvulos se perfumasen con una mezcla de pimientas picantes mejicanas, o como si me hubiese introducido en mi aparato reproductor femenino un cactus plagado de púas. Y obviamente este dolor pélvico insufrible me pone de una mala hostia .... .
Bueno me voy a levantar, ya aguantaré el chaparrón de mi madre. ¡Total! ¡Qué tengo que perder! Ya lo tengo todo perdido. Bonito día me espera, resaca, dolor menstrual y la compañía de mi madre, tocándome las "pachinchis", desde primera hora de la mañana.
Voy a intentar por lo menos llegar al baño sin que se entere, con la ayuda de un bastón que alguien trajo a mi casa alguna vez, y dejó olvidado.
Así tengo unos minutos de tregua, de recuperación. Me auto aplico los auxilios primarios básicos hasta que lleguen los servicios paramédicos maternos. Auxilios tales como: una ducha con agua calentita, (sentada en mi silla acuática, por supuesto), que es un alivio para los dolores premenstruales y cojo del botiquín, e ingiero, un analgésico para que vaya haciendo efectos previos. De este modo me encontraré con más ánimo y fuerza para aguantar el rapapolvos materno.
Me levanto con mucha cautela, silenciosa, confiando que los ruidos de la cama sean los mínimos posibles. A pesar de la lentitud y sutileza de mis movimientos, los dolores conforme me voy incorporando se multiplican por mil.
Punzadas traicioneras me rejonean la cabeza y los ovarios hostigándome con un ¡OLE, OLE Y OLE!,
y sin poder evitarlo emito un:
-¡Ayyyyyy, "mecaguenmisdolores.com", (es mi página web personal de hoy), y me dejo vencer cayendo como un fardo de nuevo en la cama.
El estruendo es colosal y en treinta segundos aparece mi madre gritando:
-RACHEEELLLLL, ¿qué coño haces? ¡Te vas a caer, jodida!
Con una sonrisa forzada, me quedo tirada en la cama y pienso:
"me dejaré hacer y que sea lo que Dios quiera, a ella no debo mandarla a freír espárragos. A seis hijos ha criado y a mí me sigue criando. Aunque ella también sabe que cuando a Rachel le duelen los ovarios lo mejor es alejarse. ¡Buena es ella también!"
Todo me pasa por ser una sentimental CAPULLA.
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