No sabría explicar porqué. En este caso me refiero a los aplausos.
Si algo me agrada tengo una tendencia a no celebrarlo gritando ni aplaudiendo, prefiero dar una abrazo o expresarme verbalmente o escribir una nota, no sé, me cuesta..... o mejor dicho me costaba.
En los últimos tiempos cuando acudo a algún evento y disfruto se me arrancan unas ganas de batir mis palmas, plas-plas-plas, una contra la otra, con fuerza hasta sentir unos picotazos de dolor que me hacen parar.
La emoción que me embarga y me seduce es fantástica. Dejarme llevar por el salero de la expresión corporal es una delicia.
Pienso que todo viene desde el día en que realicé la primera presentación de mi novela titulada LA GUINDA DEL PASTEL, cuando finalicé el discurso todo el foro se levantó y aplaudió con un cariño y un respeto hacía mi timidez colosal.
Todo este cariño se me transmitió vía plas-plas-plas, y me llegó derecho al corazón y entusiasmada y agradecida inicié un aplauso solitario e íntimo, con afán de devolver todo lo que se me daba.
A raíz de ahí me dí cuenta de cuantas ocasiones había perdido por comerme un plas-plas-plas que estaba deseando salir.
No basta la sonrisa, no basta la palabra, no sobra nada.
Desde aquí os doy un aplauso a todos los que me queréis, seguís y apoyáis de un modo u otro.
PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS........ .
Hola Fátima; Que bien que disfrutes aplaudiendo...hay que aplaudir más, pero de verdad. A mi me pasa lo contrario que a ti, soy muy expresiva, y en seguida aplaudo, o doy grititos de emoción, y me tengo que controlar un poco jeje. Pero sin embargo cuando acaba la obra, o la actuación, me cuesta más, por que parece que se aplaude por que si, por que toca, y ves a gente que aplaude así sin ganas. Yo sinceramente cuando algo no me gusta (pocas veces, la verdad), no aplaudo, es que no me sale, soy demasiado transparente. Buena semana. Besos
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