Los recuerdo me han aturdido.
La belleza de los bosques canadienses, la proliferación de ríos, cataratas, lagos. La veneración al mundo de las flores y los jardines. La amabilidad de los canadienses. La lluvia torrencial con la que nos recibió la hermosa ciudad de Quebec.
Las ciudades estaban llenas de artistas callejeros, auténticos profesionales de conseguir sorprendernos.
Sobre ruedas |
¡Upppssss! |
El perro tenía como ayudante a un caballero. |
¿Se me confunde entre mis acompañantes? |
Fue un empacho agradecido de cultura, de lucha por mostrar las habilidades, por recrear al viandante a costa de nada o de aquellas monedas que pululan en nuestros bolsillos para un par de cafés.
Y todo ello con una amplia sonrisa de gratitud por prestarles nuestro tiempo y contemplarles sin más.
ARTE DE TODOS Y PARA TODOS. OPORTUNIDAD PARA DESARROLLAR LA GENIALIDAD.
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