SÁBADO
Hoy, y hace tan solo unos escasos minutos me he cerciorado que hay una cuestión en mi vida, que no voy a hacer pública, por la que llevo trabajando desde hace varios años que nunca voy a mejorar.
No, no significa que haya perdido la ilusión o la motivación. Simplemente que circunstancias externas y ajenas a mi persona y relacionadas con este tema que, insisto no voy a mencionar y dejaré para mi absoluta intimidad, hace que si hay un pequeño atisbo de logro, de progreso, se vaya al garete como un castillo de naipes.
Pienso seguir esforzándome, aunque sospecho, tras la repetición de los hechos aciagos que parece una conjura para que todo siga, que todo continúe sin prosperar. Paralizada como una equilibrista en una cuerda que teme dar el siguiente paso, porque una fuerza exterior constante la va a derrumbar.
Pienso seguir dando pasos. Aun siendo consciente de que mi caminar me llevará a un mismo punto. Pero seguiré. Tengo curiosidad por ver como será la próxima treta que me tiene preparado el futuro para que no me mueva.
Las casualidades y las putas causalidades de las casualidades me tienen hastiada.
Pero como soy machacona me empecinaré y quizá a la OCTAVA vaya la vencida. O puede ser que tenga que aprender a entender que NUNCA estoy en el lugar o en el tiempo adecuado.
© Fátima Ricón Silva.
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