domingo, 4 de diciembre de 2016

RACHEL SE ACUESTA CON UNO Y SE LEVANTA CON OTRO por Fátima Ricón Silva







RACHEL SE ACUESTA CON UNO Y SE LEVANTA CON OTRO
(LAS COSAS DE RACHEL)


Hay noches en las que no doy abasto,
y además de forma inconsciente,
bueno..., no tan inconsciente,
siento en mi cuerpo perfectamente los efectos de la pasión.

Mi respiración se torna más áspera,
hasta llegar a jadear inmersa en una danza de sábanas,
ora me acaloro, ora me enfrío, ora me descubro, ora me cubro;
la temperatura se eleva hasta hacerme perder la razón,
tiemblo, sudo, pierdo el resuello, me gana la fatiga
fruto de la pasión.

Un pañuelo, un poco de líquido, 
y un perderme hasta toser casi el corazón.

Hay noches en las que me acuesto con el señor resfriado
y me levanto con don neumonía,
es lo que defino como mi PASIÓN VÍRICA.
Libidinosos virus, 
microbios sensuales,
bacilos cachondos,
gérmenes viciosos.

¿Y el termómetro?
En pausa.

©Fátima Ricón Silva


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