jueves, 29 de septiembre de 2016

NO ESTOY PARA FLORES por Fátima Ricón Silva







NO ESTOY PARA FLORES

Salgo del supermercado con cara de pocos amigos,
con prisas, mascullando entre dientes las penas de mi vida,
sin ganas de abrazos, suspirando como una cafetera antigua.

Hay días o años en los que, o todo se arregla o todo se rompe,
y cuando llega el momento te alegras o te pones de mala leche,
depende de los resultados.

Y en un instante, mismamente tras comprar una botella de ginebra,
con el fin de amodorrarte por horas,
te das cuenta que no tienes ni un puto punto de referencia personal,
perooooo, peroooo, eres el punto de referencia de medio mundo.
Medio mundo confía en una y te envía flores
y otro medio mundo quiere confiar en ti y te manda sonrisas;
y te cansa, mucho además, y quieres jubilarte de las responsabilidades sentimentales.

¡Ah! ¡Pero no puedes!
No puedes dejar sin eje de supervivencia a todos los satélites que bordean tu corazón.
Y  llego a casa con mi litrona de gyn y me llegan unas flores,
las de la confianza,
y las pisoteo como una posesa deshumanizada,
sin ningún objetivo;
porque al día siguiente me llegarán más flores y más confianza.... .

Siempre me quedará recoger las flores ilesas y ponerlas sumergidas en la ginebra.



©Fátima Ricón Silva





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