¿Y SI TOMAMOS UN CAFÉ?
¿Y si tomamos un café que nos llene los ojos de luz?
Al amanecer, con legañas en los ojos, despeinados.
A media mañana, desnudos, humeantes, calientes.
Después de comer o antes, ahítos de miradas, henchidos de placer.
Por la tarde, merendándonos a besos promiscuos y traviesos.
Al anochecer, ardiente y azucarado, oscuro y azulado.
Amargo y placentero.
Con besos.
Con risas.
Con guiños y caricias.
¡Qué nos suba la tensión y nos catapulte al paraíso!
¿Y si tomamos un café?
©Fátima Ricón Silva
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