R-EVOLUCIÓN – D-EVALUACIÓN
Alucinada me hallo ante tu discurso,
¿ahora quieres un niño imberbe para tus fantasías?
Qué hay de tus hijos, tu esposo, tu familia, tu vida.
¿Son acaso como los jirones de madera que sobran al afilar un lapicero?
Unos flecos que adornan tu armonía vital,
unas láminas de cáscara de fruta que ya no te dan vida.
¿Qué vas a un bar a hallar
a un hombre con afán de cautivarle?
Unas miradas lascivas y embadurnadas de deseo casual.
Un tiempo de un joven al que aspiras y destruyes en un segundo.
Respeto tu oratoria, tus pensamientos.
Los comprendo.
Mas, ¿tan vacía te sientes por dentro?
¿Tan llena de nada?
Necesitas aventuras efímeras, que no son nada.
Quimeras fugaces que no harán sino dejarte un mal sabor de boca.
Destruye todo lo que te resulta estéril.
Pero hazlo trabajando.
Trabaja, allana los sentimientos, abona la aridez que te corrompe la energía.
¿Pero crees qué una aventura fugaz, o dos o más,
harán montón en tu corazón?
Experimenta y desengáñate.
Estás en tu derecho.
Impactante juego de palabras Fátima, sorprendentes por su claridad, realidad algunas veces...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Ernesto. Son fruto de una "locura" ajena. Espero que esta persona no se pierda en lo superfluo.
ResponderEliminarUn abrazo.