DETENTE
Cuando la sonrisa llora y la palabra es muda,
cuando el cielo te cae encima y tus pies no tocan el suelo,
cuando la respiración se paraliza para escuchar no sabes qué.
Detente.
Detente, frena y para.
Sumérgete en un limbo donde la serenidad no te engañe.
Vive en él, durante unas horas o unos días.
Hasta que la sonrisa sea risa,
hasta que tus palabras sean escuchadas,
hasta que puedas tocar el cielo de felicidad
y asentar tus pies en el suelo con seguridad,
hasta recuperar el ritmo de tu vida.
Y tras ese lapsus vuelve a reemprender la ruta.
©Fátima Ricón Silva
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