ESCLAVO DE AMOR
Viajo en un coche sin ruedas y
me dirijo hacía ti.
Me persigue una miscelánea de nubes azafranadas
que anuncian el final del día.
La sangre me hierve.
Voy dispuesta a matar,
a matarte de amor,
a que caigas derrengado entre mis brazos
llorando de dicha y gusto.
Dulce piel de melocotón,
consigo que te derritas como un terrón de azúcar
abrasado por el calor de mi fuego.
Fuego que te persigue en tus calientes sueños.
Has muerto,
estás a mis pies,
tirado,
como un fardo sonriente que no sabe qué hacer.
Eres cálida arena postrada a mis pies.
Eres esclavo de mi cuerpo,
siervo de las caricias con las que te regalo,
humilde receptor de mis tesoros, de mis besos.
Eres lo que yo quiero que seas.
Sublime vasallo de mis complacencias,
bufón de mis carantoñas,
caricato de mi tolerancia.