martes, 29 de septiembre de 2015

PENSÉ LO QUE DECÍA por Fátima Ricón Silva


PENSÉ LO QUE DECÍA

Y lanzaste las frases al aire,
desencadenando una historia cruel,
una leyenda trágica de ideas, volando, perdidas,
que se desplomaron sobre mi corazón.

Y te despreocupabas de la hecatombe creada,
"-no pensaba lo que decía, argüías-",
escupiendo fuego ardiente por esa boca, 
disfrazado de ingenuidad,
pero el daño estaba consolidado.

Y dejabas revolotear los malos gestos,
 que se posaban en mi tristeza,
aniquilando los restos del naufragio sentimental,
y un día dije:
BASTA.

Y te olvidé bajo las gotas de una lluvia
que me arrebataron las ganas de amarte,
y me acarrearon deseos de olvidarte,
y me devolvieron el rocío de la libertad.

"-No pensaba lo que decía-".

Yo SÍ pensé lo que decía,
y dije lo que pensaba,
 y me rescaté como mujer.


©Fátima Ricón Silva

sábado, 26 de septiembre de 2015

PREMIOS por Fátima Ricón Silva




PREMIOS


El plus de una sonrisa.
Un premio: que la nieve sea cálida.
Una recompensa por las muestras de lo que sabes hacer.


Un galardón a la labor no remunerada,
una gratificación por la capacidad de auto nutrición,
sin codicia de las energías ajenas.

 Una retribución al sentir que aportas a los demás,
con sensibilidad, empatía, creciendo pausada y sólida;
revalidar que esa participación
me rebota de lleno. Afortunada soy.

Una satisfacción y agradecimiento 
a todos los que valoráis mi humilde quehacer.


Ofrezco mis pies para bailar.
Mis versos y escritos para soñar.
Una porción de mi mundo,
ahora íntimo más tarde superfluo.

Se cede ilusión para impulsarte hasta donde quieras,
susurrando pasos firmes y confiados,
escuchando  rumores de una estela de actos y hechos,
un rastro de luces,
vestigio de que eres y existes,
indicios de que somos y existimos.

Premios de la vida.
Simples y plenos.
Inesperados.
Tesoros.

 ©Fátima Ricón Silva

jueves, 24 de septiembre de 2015

DE REPENTE ME ENCONTRASTE por Fátima Ricón Silva


 DE REPENTE ME ENCONTRASTE

¡Manos arriba! ¡Esto es un atraco!
Así quería sentirme en el amor.
Quería ser abordada por un huracán de pasión
que me enloqueciese súbitamente.

Pero esa ventolera de sentimientos,
llegaba para confundirme,
y no terminaba de encontrarme.

Y estabas a mí lado,
desde tiempos inmemoriales,
cuando vestías pantalón corto y calcetines
y yo tocaba mis largas trenzas tímidas.

Pero yo no te veía como un ciclón de deseos,
eras mi amigo, mi hermano, importante;
hasta que me encontraste por fin,
y llegaste al centro de mi sinrazón,
y te quedaste de la forma más tonta.

¿Una mirada? ¿O fue aquella primera caricia?
¡No, no, fue cuando me sonreíste y rompí a amar!
¿O fue cuando te vi con aquella morena?
Sí, recuerda, la que te iba a esperar a la salida del trabajo.
¿O quizá fue todo eso y mucho más?

Siempre estuvimos juntos
y ahora somos dos en uno, compañeros,
con nuestra habitación privada,
con un salón en común.

De repente me encontraste,
de repente te encontré,
de repente nos encontramos,
de repente nos amamos.

©Fátima Ricón Silva

domingo, 13 de septiembre de 2015

IMPOSIBLE por Fátima Ricón Silva


IMPOSIBLE


Desperté rota y entumecida, la boca seca, el cuerpo rígido y el corazón de luto.
Él había desaparecido de mi vida.
Sus huellas rastreaban otros caminos. La distancia era su única tabla de salvación.

   ¨No te quiero del modo que quisiera quererte. Te quiero como el desierto al agua, te quiero vivir entre mis labios, te quiero anidando en mi corazón -me dijo suave y quedo¨.

 En silencio le vi partir.
Yo era agua en otro desierto, yo vivía el cariño de mi gran amor, en mi corazón anidaba una pasión consolidada.


Desperté con el calvario de un amigo que deseaba más.
Desperté con la sensación de pérdida.
Desperté al lado de un imposible.
Desperté feliz a pesar del vacío.

©Fátima Ricón Silva

jueves, 10 de septiembre de 2015

DESNUDA por Fátima Ricón SILVA



DESNUDA


La letra de mi cuerpo os muestra mi yo,
del modo más claro y abierto.

Las fibras de mis músculos
llevan impresa mi vida,
en suaves canciones que ondulan mi cuerpo.

No me lleves lejos tinta delatora,
no quiero llegar lejos,
quiero acercarme a los corazones 
de los que quieren ver.

Busco que mis palabras francas y espontáneas
se estampen en los rostros de sorpresa
de los que se aventuran a destapar
la letra de mi desnudez.
Mi desnudo vestido de sinceridad.

Me descubro ante vosotros.

©Fátima Ricón Silva




martes, 8 de septiembre de 2015

SOÑANDO DORMIDA, SOÑANDO DESPIERTA por Fátima Ricón Silva





SOÑANDO DORMIDA, SOÑANDO DESPIERTA

¡Oh! Permanecer soñando para siempre.
Insidiosa conspiración.
Soñar a perpetuidad es como saltar al limbo
y pulular por el universo
sin saber cuando llegarás al destino.

Terminas anhelando que los sueños se volatilicen.
Y ansias regresar a la realidad, cruda o no,
pero verídica y auténtica.
Pellizcos de verdad imprescindibles
para seguir con las raíces asentadas.


Imaginar, 
soñar dormida,
soñar despierta,
dormida o despierta,
lo importante es soñar,
pero a ratos.

Como si de una subasta de utopias se tratara,
ofrecidas al mejor postor,
sueño a la una..., sueño a las dos...,
adjudicado a la señorita rubia de la segunda fila,
y compro una quimera,
despierta o dormida.

Es hermoso soñar a sorbos.
Relamerse con la sonrisa puesta
tras sentir que tus aspiraciones
pueden ser cumplidas
aunque sólo sean soñadas.

©Fátima Ricón Silva



sábado, 5 de septiembre de 2015

ENSUEÑOS CON EL PEQUEÑO PRÍNCIPE por Fátima Ricón Silva

ENSUEÑOS CON EL PEQUEÑO PRÍNCIPE


Alzada en elevados tacones
para llegar a asir los sueños,
la libertad del ser, la sencillez de la dificultad,
el amor puro y simple,
las efímeras aventuras de una rosa y sus espinas.

Esos elevados tacones,
anudados por el lazo verde esperanza,
que recoge los astros y planetas
que me hacen sentir viva.

Esos pasos firmes que me imprimen dignidad como mujer,
seguridad en mis actos,
fuerza en mi voz,
alcance en mis palabras,
transigencia en los ideales ajenos.

Zancadas de ilusión que me llevan lejos, muy lejos.
Tan lejos como una misma se deje llevar.
Tan lejos, que la palabra cerca pierde sentido
porque me permite crecer sin sentirlo apenas.

Naturalmente.

Amando los momentos sencillos,
convirtiéndose en sublimes instantes
que hacen que me reconozca y me valore,
y me muestre tal cual soy.

Un pequeño príncipe.

©Fátima Ricón Silva