martes, 28 de octubre de 2014

LA VIDA GRIS



LA VIDA GRIS

Tardé, demoré muchos años para darme cuenta,
sufrí muchas tardes de color negro para darme cuenta,
aguanté mucha tela para darme cuenta.

Estaba en letargo.

Parecía feliz pero era gris.
Me veías vital pero estaba muerta.
Reflejaba el arco iris de las salud pero estaba enferma,
por dentro,
sin luz.

Era un espejismo.

Y no sé como, no sé cuando,
lo vi,
lo sentí,
lo expresé.

Depende de mí misma,
está dentro de mí,
deshacerme de esa vida gris
y colmarla de gotas de colores.

Buscarte la vida es como subir a la luna
y volver sin darte cuenta,
pero con la piel señalada
por las arrugas del tiempo.

Aprendí:
nunca es tarde,
nunca es demasiado tarde
cuando despiertas de la vida gris.


© Fátima Ricón Silva.


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