domingo, 27 de mayo de 2012

ARRIBA Y ABAJO. UNA PARA SONREÍR.


ARRIBA Y ABAJO.

Tuve dos amantes.

Uno muy alto con el que me harté de mirar al cielo cuando le besaba. La tortícolis se acomodaba en mi estilizado y lánguido cuello en esas largas sesiones de longevas caricias en las que nuestros labios se reconocían con avidez. Los acogedores brazos de este gran hombre me recibían haciendo crujir mis huesecillos que sonaban como cuando se parte un pan tostado.
En estos abrazos su sexo se alojaba a la altura de mi cintura, tan largas piernas lucía el estirado caballero. Me hastié de mirar las nubes, el sol y las estrellas, de ver a las aves dibujar sus trazos traviesos, de analizar los tipos de hojas de los árboles en los que nos guarecíamos para ocultar nuestros gestos del amor.

Tanto me obligué a mirar hacia arriba que cansada decidí dirigir mis miradas soslayadas en otras direcciones y me desencanté del alto y me encapriché de otro de poca estatura, menor que la mía propia. De este modo me harté de mirar al suelo, de ver las hormigas corretear por la seca tierra, de soportar la visión de chicles aplastados y servilletas usadas. Los eximios brazos de este enano encantador abrazaban mi cintura pinturera mientras su sexo se entremetía entre mis muslos atléticos. Mi esforzado cuello se quejaba con mareos y vahídos de las constantes y pesadas poses de jirafa de cuello largo, mirando para abajo.

Tanto me obligué a mirar hacia el suelo que me desencanté del pitufo amador.

Ahora me hallo en pausa amatoria, no sé si el próximo me obligará a mirar al norte o 
al sur, al este o al oeste.

¿Qué me deparará de nuevo el amor?

Soy gran viajera y dirija dónde  me dirija, vaya dónde vaya, bien venido sea el amor. (.... y la tortícolis).

domingo, 20 de mayo de 2012


NEGRO

El miedo,
el misterio,
 la muerte,
 la noche.


Cuna del alojamiento de un feto,
Aura de las habitaciones del infierno,
de la visión cegada por la luz,
de la boca del lobo.

Seno del interior de algún sueño,
del calor de un horno cenizo,
de un corazón siniestro,
de unas palabras asesinas.

Rugido de una novela,
de un bloque de mármol,
de la piel de la envidia,
de una voz cantora.

Color del agotamiento pesimista,
de un pacto roto,
de un anuncio ácido,
de una crítica sin recursos.

Negro.

jueves, 3 de mayo de 2012

Tengo un...

Tengo:
Un blog que nadie lee.
Unos zapatos que no uso.
Un mal genio que se me llevan los diablos.
Un cámara de fotos llena de desconchones.
Much@s amig@s.
Una musa alojada en el interior de mi mente.
Algún fan.
Una hermosa familia.
Un ordenador que a veces echa humo.
Muchos sueños y más ilusiones.
Una pasión por el chocolate.
Un mundo de libros.
...... y ganas de dormir...... zzzzzzzzzzzzzzz.
Hasta mañana.

¡CÓMO EL AJO!





La historia se repite, las relaciones son calcos de otras relaciones, los deseos son los mismos dentro de su variedad. Somos gotas de aire que pululamos por doquier: independientes y socio dependientes, ilustradas e ignorantes, bellas y rotas, perdidas dentro de un bote de galletas que se van desmigando por el roce de los sentimientos.

Las flores siempre brotan en primavera, siempre.

Efusivas penurias que nos ayudan a crecer o por lo menos a no decrecer y mantener el tipo.
Nos vestimos porque queremos esconder las mentiras que nos tiranizan. Tapar los despojos que nos hunden. Encorsetar las palabras que a veces nos delatan y otras nos protegen.
Sumamos experiencias con el tiempo y sumamos éxitos y fracasos que nos echamos a la espalda y, vamos soportando estoicamente las tempestades que nos empapan de sudor y malos alientos.
La historia siempre se repite, siempre.