Unos días son como una rígida y dura cáscara de nuez.
Otros son como una losa de piedra que te cae encima desde el mismo momento en que saltas de la cama.
Algunos son como vivir en un hotel con todo incluido y no deseas hacer el check out.
Todos son como los eslabones de una cadena, que se arrastran uno tras de otro con mas gloria que pena o viceversa.
Determinados son empalagosos y dulces en los que te agrada llorar y suspirar.
Luego están los repletos de obligaciones y responsabilidades que te crean contracturas en el corazón.
¿Y los "nada"? Esos días en que todo te da igual porque nada te da igual.
¿Y los "todo"? Aquellas jornadas a las que das una trascendencia desmesurada o quieres hacer mil actividades al mismo tiempo.
Me divierten los días tontos, cuando complicamos los quehaceres rutinarios ingenuamente y nos sale todo patas arriba.
Los negros, aquellos que no te dejan ver el futuro porque alguien te ha puesto la zancadilla o algo se ha interpuesto en tu caminar.
Los flojos, los días desganados, los que te ríes por nada y tus músculos se han tomado un periodo vacacional.
Los provechosos, cuando un café cargado te mantiene insomne y permaneces toda la noche soñando despierta.
Los amistosos y fiesteros, en los cuales los amigos, la familia, las cenas en común, un paseo por el campo te ocupan el tiempo y la razón.
Días..... , curiosos, inverosímiles, anodinos, cansados, difíciles, divertidos, viajeros, intimistas, obsoletos, venturosos o nefastos, todos, absolutamente todos, tienen LUZ.
Es cierto, todos los días tienen luz, aunque a veces nosotros preferimos apagarla. Y ahí aparecen los días con luz propia, días que nos salvan y nos engullen para que vivamos dentro de su panza.
ResponderEliminarQue hoy tengas un feliz día y de mucha luz!
Besos.