jueves, 26 de agosto de 2010

Viaje a Canadá y Nueva york

Este verano, hicimos un viaje por el Canadá francés, Quebec y Montreal. Y por la provincia de Ontario ciudades como Ottawa (considerada como la segunda ciudad más limpia del mundo), Toronto y las inevitables cataratas del Niágara, bellas y salvajes a pesar del circo montado ajeno a ellas. Es impresionante el ruido de miles de litros de agua, cayendo con fuerza y dureza; la lluvia que genera, llamada el velo de la novia, que provoca como una especie de sirimiri que viene a oleadas; el arcoiris que con todos sus reflejos adorna ese fantástico torrente de agua. Otras cataratas mas humildes pero bellas y alucinantes son las de Montmorency, más altas que las del Niágara, aunque más estrechas. Una visita al parque Omega, que es como nuestro Cabárceno pero a la canadiense, con osos, lobos árticos, mapaches, renos, cerdos salvajes, cervatillos, bisontes,.... .

Un agradable paseo en barco por la llamada zona de las mil islas, dónde cientos de islas de diferentes tamaños, edificadas, sirven de lugar de vacaciones para los americanos y canadienses, que han tenido la oportunidad y el poder económico de comprarse una. Casas sencillas, palacetes, castillos, barracones, de todo se ve en esas islas e islotes desperdigadas por las aguas canadienses. Allí está el puente internacional mas corto del mundo que une dos islotes uno en la parte canadiense y otro en la parte americana.

Nos hospedamos en Quebec en el Castillo de Frontenac que asoma poderoso en lo alto, quedando a sus pies la parte vieja de la ciudad. Chateau que se quemó en varias ocasiones y tuvo que ser reedificado. Es uno de los monumentos mas fotografiados del mundo. Un Quebec repleto de artistas que regalan a los viandantes sus espectáculos callejeros con simpatia y buen talante. Se nota que el fundador del Circo del Sol, es originario de allí y ha creado escuela. Sus casas afrancesadas, muy bien cuidadas y con muchos detalles florales, grafittis de época, ornamentos del medievo... , es decir como un pueblecillo de cuento. Si se pintaran las casas con unos rotuladores de colores, asemejarian unos dibujos de cuento.

Muchos bellos y cuidados jardines. Bosques y rios inmensos. Personas tremendamente simpáticas y hospitalarias.

Montreal con sus 26 km. de ciudad subterránea, tiendas, restaurantes, ocio, servicios, todo debajo de la ciudad; también lo mismo por arriba, pero en los duros inviernos con temperaturas de 20 bajo cero, tienen unos lugares donde pasar las horas. Los restos de la ciudad olímpica, ahora utilizados con fines diversos.

No me extiendo más, me quedo con ganas de regresar en invierno, con grandes nevadas, los rios helados, los bosques nevados,....queda pendiente para otro año.

Paradita en Boston, Cambridge, con la Universidad de Harvard, ambiente estudiantil al cien por cien, mucha vida en la calle, cafés, bibliotecas, librerías, tiendas... , muy interesante. Un semestre en tan honrosa universidad viene a salir por unos 36.000 dólares, ¡Ahí es "na"! Se pelean por conseguir plaza de un modo u otro y captan a niños superdotados a cambio de enseñanza gratuita y alojamiento para él y su familia. A ellos les sale gratis, pero con condiciones, obviamente, lo que aprenda lo revertirá siempre a la universidad.

Tres días en Nueva York, ya conocida por nosotros. Vivir en Manhattan es una aventura multiracial, multicultural y multifuncional. La fauna humana que pulula en sus calles es digna de observar. Lo mal que huele, las aguas estancadas en las aceras, la suciedad de sus calles, las salidas de humo del susbsuelo, las vajillas de plástico en cualquier buffet, los cafés asquerosos y aguados de dimensiones exageradas, las horteras limusinas, los Hummer, la pasión por las manicuras de fantasía, no hacen que deje de resultarme muy atractiva esta singular ciudad.
Acabamos el viaje con cuatro días de relax en nuestra querida Barcelona.
¡Hasta las próximas vacaciones!